26 de enero de 2018

Helvoirt - Breda (4.º día de ruta)

20-09-15

Alrededores del castillo de Bouvigne (Breda)

El recorrido de la etapa, de 68 km, es este:



y el perfil de la misma,

Aunque pueda parecer otra cosa, se trata de una etapa completamente llana.

Mañana muy fría y con todo bastante húmedo por las lluvias de anoche... esperemos que no haya que rodar por demasiados caminos hoy. De todos modos, ni de lejos parece que vaya a llover hoy, ya que no hay ninguna ni una sola nube en el cielo. A ver si ayuda para que se vaya secando el itinerario.
Nos reencontramos con la ruta, de la que nos separamos ayer, muy poco antes de entrar en Helvoirt.


Iglesia protestante, s. XII (Helvoirt)

A este pueblo se trasladó la familia Van Gogh, ya que el padre fue nombrado pastor de Helvoirt en 1871. Vincent nunca llegó a vivir allí, porque cambiaría de residencia los siguientes años, aunque pasó un par de veranos con la familia antes de mudarse definitivamente a París.
Enfrente de la parte trasera de la iglesia protestante, restaurada, todavía está en pie la antigua casa de los Van Gogh.


Iglesia de S. Nicolás, s. XX (Helvoirt)

Para nada se entra dentro del pueblo, sino que se va bordeando hasta salir hacia el Sureste, cruzando las vías del tren entre Gijzel y Laar y apuntando a una zona arbolada; por desgracia allí se terminó el asfalto y no quedó otra que meterse... en harina.



Tramo corto, con menos barro del que parecía en un principio, los árboles van desapareciendo poco a poco y dejan paso al Sol, que se agradece de verdad.
Unos tres kilómetros por el carril bici asfaltado, se llega a un bar en una encrucijada de caminos (bar a reventar de ciclistas, por cierto), en la linde del Parque Nacional de Dunas de Loon and Drunen.
Las señales nos envía por la Gommelsestraat hacia Udenhout. Más de tres kilómetros en línea recta, cruzando el canal Zandleij por segunda vez hoy... canal que fue creado, como muchos otros, a principios del s. XX para purificar las aguas residuales de Tilburg y su industria textil.



Si una vez pasamos sobre el canal, otras tres fueron sobre las vías del tren antes de llegar a las afueras del pueblo. Como viene siendo habitual hoy, no callejearemos demasiado, porque la ruta nos saca rápidamente de la zona con más casas por otra larga recta hacia Oisterwijk, al principio de la cual hay una parcela con varias esculturas de madera a modo de exposición al aire libre.



La referencia para dejar esta larga recta y no entrar a Oisterwijk, la tenemos en el molino de torre Kerkhovense. Una máquina de 1895 que funciona con el viento y que se remonta a 1369. Estuvo en funcionamiento hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Luego se dejó en el olvido hasta que en 1950 se transformó en albergue juvenil. Ya en 1970 se declaró monumento nacional, desaparecieron los elementos del albergue y hasta volvió a mover sus aspas. Vinieron a continuación un sinfín de intervenciones hasta la última en 1999, dejándolo tal y como lo vemos hoy, plenamente funcional.


Molino Kerkhovense (Oisterwijk)

Continuamos nuestro pedalear mientras nos acercamos poco a poco a las vías del tren. Vías de las que no nos separaremos ni aun cuando hayamos entrado a Tilburg por su parte más oriental. De hecho, es el trazado del ferrocarril el que se sigue en su casi totalidad para salir de la ciudad por el Oeste.
Si hace unos días la cruzábamos en dirección opuesta y más por el Sur, ahora callejeamos desde la estación Central hasta la estación de la Universidad por la Boomstraat.


Boomstraat (Tilburg)

Los casi 6 km siguientes se hacen por un fietspad que, a todas luces, parece lo que nosotros llamamos Vía Verde y en la que los carteles dejan bien claro, que no se puede tararear; haremos un esfuerzo.
La confirmación de que por aquí pasaba un tren en el pasado la tenemos al llegar a la aldea de Riel. Allí hay algunos paneles con fotos de la antigua estación (demolida en 1966) e información sobre la historia del ferrocarril.



Se trata de la línea Bels, que empezó a funcionar el 1 de octubre de 1867 uniendo Tilburg con Turnhout (Bélgica) tanto para el transporte de personas como de mercancías.
A partir de los años 30 empezó su declive hasta que el 1 de junio de 1973, se hizo el último viaje oficial, aunque algunos trenes de vapor completaron el recorrido, a modo de atracción turística, hasta 1981.
No fue hasta 1989 cuando empezó la recuperación del recorrido como Vía Verde, terminándola en 1993, de modo que se pueden recorrer los 30 km que separan Tilburg de Turnhout.


Vijfhuizen

La Vía Verde continua en dirección Alphen, igual que nosotros, aunque no llegaremos a esa población por el mismo camino. Nos separamos de ella unos kilómetros antes para acabar desviándonos hacia el Norte, no sin antes hacer una parada para recuperar fuerzas, que ya hemos cubierto más de la mitad de la distancia prevista para hoy.




Y esta distancia que nos queda hasta casi casi llegar a Breda, se hace por una zona boscosa, que empieza rodeando por completo la laguna del barrio 't Zand. Una amplia área recreativa con una gran cantidad de caminos y senderos perfectamente señalizados, que discurren por unos bosques más 'auténticos' en la parte Sur, y que se transforman en parcelas madereras a medida que subimos hacia el Norte... pero no le restan ningún encanto aunque, de cuando en cuando, se observen detalles de la actividad que allí se lleva a cabo.




Finalmente se termina la zona arbolada (son unos 20 km) en Ulvenhout, que está a tiro de piedra de Breda. El paisaje cambia totalmente, porque la pista ciclable discurre por la zona conocida como Oude Hof; una primigenia zona agrícola con un canal en forma de 8, a rillas del Mark, cuyo estudio arqueológico ha ayudado a conocer los orígenes de esta localidad.


El Oude Hof (Ulvenhout)
Fotografía:GoogleEarth

No mucho después se bordea la finca del castillo de Bouvigne (s. XV), una propiedad visitable que destaca por sus jardines y huertos, además de poseer todavía las caballerizas y una capilla. Y acto seguido, estaremos pedaleando por las calles de Breda.

La ruta no lleva al centro de la ciudad, pero ni que decir tienen que vale la pena separarse de la misma y visitarla... aunque para nosotros era el final de la etapa, de modo que, para estirar las piernas, nada mejor que deambular por el casco antiguo, destacando el castillo de Breda que no ha variado su ubicación desde el s. X y los alrededores de la Iglesia Mayor (s. XV) con la Gran Plaza.



La Gran Plaza con la Iglesia Mayor al fondo (Breda)

Paseo, helado, cena... y a descansar. Cruzamos los dedos para que el día nos salga como el de hoy y podamos acabar la ruta de van Gogh secos.

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Para descargar el track, este es el enlace.

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Nos alojamos en el hotel Sutor.
Esta vez las bicis duermen bajo techo, pero en el hall de la entrada.

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